Ser estudiante de derecho es un desafío que va mucho más allá de la carga académica; es una transformación completa en la manera de pensar, expresarse y enfrentar el mundo. Ahora que estoy en mi segundo semestre, quiero compartir lo que ha sido hasta ahora este fascinante y exigente viaje.
Desde el primer semestre, la realidad de estudiar derecho ha sido intensa. Este periodo inicial suele ser un filtro, una prueba de fuego para ver quién está verdaderamente comprometido. No se trata solo de aprender nuevas leyes o conceptos; en realidad, te obliga a replantearte cómo procesas la información, cómo interpretas la realidad y cómo manejas la presión. Cada aspecto de tu vida se ve afectado. Incluso los momentos de descanso cambian, porque hasta en ellos estás pensando en el siguiente caso o en el próximo examen. La manera en que te expresas también es distinta, ya que el derecho exige precisión, claridad y un dominio técnico que te obliga a ser muy cuidadoso con las palabras.
Vengo de una base en ciencias naturales, lo que ha hecho que esta transición sea particularmente desafiante. Mis estudios en sociología y psicología me han dado herramientas útiles para entender el comportamiento humano, pero el derecho tiene su propio rigor y estructura. La formación en derecho no se puede comparar con un programa de licenciatura, incluso en áreas relacionadas, porque la profundidad del análisis y la cantidad de información que se debe dominar son mucho mayores.
La carga de lectura es otro aspecto que no se puede subestimar. Alguien ajeno a esta experiencia quizás no imagine cuántas horas y energía implica estudiar derecho. En cada asignatura se nos exige leer extensos tratados, casos judiciales y doctrinas. Si pudieras ver la pila de libros y textos que tengo en mi escritorio, entenderías el impacto visual y psicológico que genera. Es abrumador. A veces parece humanamente imposible abarcar todo, pero uno aprende a ser eficiente, a encontrar métodos de estudio y a organizar el tiempo de manera casi quirúrgica.
En el semestre pasado, cursé 16 créditos, lo cual es bastante para un programa de estudios graduados. Cada materia requiere atención minuciosa, participación en debates y un análisis exhaustivo de los temas tratados. Ser estudiante a tiempo completo implica sacrificar mucho: desde tiempo libre hasta relaciones personales, pero los logros obtenidos valen cada esfuerzo. Ver los avances y el nivel de conocimiento adquirido resulta satisfactorio y, de alguna manera, da sentido a tantas horas de dedicación.
Al finalizar este segundo semestre, estoy más segura de mi decisión de estudiar derecho. La satisfacción de saber que puedo enfrentar este reto me llena de orgullo y me motiva a seguir adelante. Este camino recién empieza, y sé que los desafíos serán cada vez mayores, pero también estoy consciente de que cada obstáculo superado me acercará a mi meta de ser una profesional del derecho.
Si desean seguir de cerca esta travesía, los invito a seguirme en redes sociales, donde estaré compartiendo más sobre lo que implica ser estudiante de derecho y las lecciones que he aprendido en este proceso.
Acerca de Arianaliz Torres
Estudiante de derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Mi objetivo profesional es ofrecer los mejores servicios y contribuir con mis conocimientos, habilidades y destrezas al logro y cumplimiento de metas, mientras tengo la oportunidad de desarrollo profesional en el campo legal.